miércoles, 22 de noviembre de 2017

Día XIX




Semivivientes. Acostumbrados a darlo todo a cambio de nada, a tropezarnos trescientas veces por 
segundo, a sufrir por los demás sin saber realmente por qué, a querer con todo nuestro corazón 
(aunque "todo nuestro corazón" sea solo el pedacito que él nos dejó), a querer sin ninguna co-razón. 

Supervivientes. Acostumbrados a que nos rompan una y otra vez, ya sabemos reponernos solos...


Así que, por favor, ahórrate tus lecciones. Soy semiviviente y superviviente de mi vida, no me vas a 
enseñar nada nuevo, no me vas a decir cómo tengo que actuar, no pienso escucharte cuando te de 
por hablar sobre "qué es lo mejor para mí" y sinceramente, la opinión que tienes sobre mis actos 
me la paso por la suela de los tacones. 

Cuando estés a punto de perderlo todo y un haz de luz aparezca por tu ventana, cuando ya no conozcas
el significado de la palabra "esperanza" y venga él a recordártela, cuando te des cuenta de qué 
es lo verdaderamente importante en esta miserable vida que nos ha tocado vivir, entonces, si quieres, 
vienes, y me adoctrinas sobre tu forma de obrar. 


Mientras tanto, largo. 







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