Siempre quise vivir en una gran ciudad para poder perderme tanto que ni si quiera yo misma fuera capaz de encontrarme.
Creo que por fin lo he conseguido, me he perdido tantas veces por estas calles que ya hay lugares que me resultan familiares porque
"aquí llegué uno de esos días que me perdí". Me gusta encontrar cosas sin querer, por sorpresa.
Están ahí, llevan ahí muchísimo tiempo, pero hasta que no te pierdes, no lo encuentras.
Lo mismo ocurre con las personas, ahora que estoy aquí sola y me pierdo tanto me doy cuenta de que Madrid o Toledo, quizás,
serían simplemente dos puntos más en el mapa si no fuera por ellos.
He llegado a la conclusión de que cuanto más me pierdo, más encuentro. Más lugares encantadores, más amigos, más familia,
más amor, más sonrisas.
Siempre quise vivir en una gran ciudad para poder perderme tanto que ni si quiera yo misma fuera capaz de encontrarme.
Y ahora que estoy tan perdida, soy la persona más feliz del mundo por haber encontrado tanto.
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